La técnica de la 'pedra en sec', declarada patrimonio inmaterial de la Humanidad el pasado miércoles 28 de noviembre, constituye un ejemplo de relación equilibrada entre el ser humano y la naturaleza, y encuentra su mejor escaparate en la Serra de Tramuntana. Son muchas las excursiones que ofrecen la posibilidad de contemplar los muros de piedra que se levantan con la citada técnica, desarrollada por los margers, un colectivo que defiende los conocimientos acumulados desde hace siglos en la isla.

Diario de Mallorca ha elegido cinco rutas para senderistas que permiten descubrir esta técnica milenaria:

El Camí de Lluc a Pollença

Un camino fácil y agradable que discurre cerca de grandes possessions de montaña. Esta ruta une Lluc y Pollença, dos núcleos con carácter y encanto, y transita bajo la atenta mirada de un gigante: el majestuoso Puig Tomir, de 1.082 metros de altura.

De Valldemossa a Deià

Un itinerario que une Valldemossa con Deià a través de los Cingles de Son Rul·lan y permite conocer el Castell del Moro, fortificación que, según la leyenda, dio cobijo a los últimos moros que habitaron Deià. La excursión transcurre en algunos tramos por terreno pedregoso y combina la parte más espectacular del Camí de s'Arxiduc con un descenso vertiginoso a uno de los pueblos más bellos de la Serra.

El Camí Vell de Lluc

Un camino que lleva hasta el santuario de Lluc el corazón espiritual de la isla, siguiendo los pasos de miles de peregrinos que desde el siglo XIII han venerado la imagen de la Mare de Déu de Lluc. Una ruta construida a base de fe y envuelto en tradiciones, leyendas y milagros.El Barranc de Biniaraix

Uno de los mejores ejemplos de ingeniería viaria tradicional, el Barranc de BiniaraixBarranc de Biniaraix. La subida hasta las yermas alturas de Cúber es imponente. Una ruta sencilla. Los importantes valores paisajísticos, etnológicos y arquitectónicos compensan el esfuerzo de la ascensión.

El Camí Vell de Fornalutx y Sa Capelleta

Itinerario que se cubre por un antiguo camino empedrado, de herradura, que durante siglos sirvió para unir Fornalutx con Sóller, la villa principal de la vall dels tarongers.