La Semana Santa está a la vuelta de la esquina y, si aún tenemos un plan para disfrutar de nuestros días libres, todavía hay tiempo de buscar una escapada para desconectar de la rutina y cargar las pilas. Este año, las vacaciones, en plena primavera, ofrecen múltiples opciones para viajar solos, en pareja o con la familia.

Sin embargo, si lo que buscamos es tranquilidad, algunos destinos pueden convertirse en Semana Santa en una encerrona. Millones de personas buscan estos días y al mismo tiempo un rincón para huir de la monotonía del día día en un turismo de aluvión que casi todos practicamos y que puede convertir pueblos idílicos o ciudades encantadoras en lugares saturados y agobiantes.

Estas son cinco ideas para tratar de escapar del turismo de masas en Semana Santa:

Pueblos Negros de Guadalajara

En el centro de España, muy cerca de Madrid, los llamados Pueblos Negros configuran un archipiélago de poblaciones que parecen anclados en el pasado por su arquitectura singular. Estos núcleos, caracterizados por sus casas de pizarra, desbordan la provincia de Guadalajara, como los ejemplos que podemos visitar en Segovia o Madrid, pero algunos de los más bellos se encuentran en la primera. Son lugares como Majaelrayo, Robleluengo, Campillo de Ranas, Campillejo o Valverde de los Arroyos, que configuran una ruta perfecta para disfrutar lejos de la masificación en Semana Santa.

Sierras de Francia y Béjar (Salamanca)

También dentro del mapa de la España más despoblada, las sierras de Francia y Béjar constituyen otro sugerente reclamo para esquivar a las multitudes y cambiar de aires en un espacio natural privilegiado que reúne, a la vez, un grupo de pueblos de gran belleza. Además de la riqueza ecológica y variedad de su paisaje, en estas comarcas de la provincia de Salamanca se pueden visitar localidades como La Alberca o Candelario, dos de los pueblos que habitualmente se incluyen en las listas de los pueblos más bonitos de España por la armonía y singularidad de su arquitectura popular. Además, en estas fechas la cercanía de la estación de La Covatilla permite también un paréntesis para un día de esquí.

Cabo de Gata (Almería)

El Cabo de Gata, particularmente el espacio enmarcado por el Parque Natural Marítimo-Terrestre de Cabo de Gata-Níjar, en Almería, es un destino recomendable todo el año, porque aún en verano permite escapar de los destinos de masas de gran parte de la costa española. En abril, si el tiempo acompaña, podremos disfrutar incluso de la inmensa belleza y variedad de sus playas. Pero una escapada ahora también ofrece la posibilidad de conocer esta sorprendente esquina de España practicando el senderismo por los rincones de un paisaje único, árido a veces, pero siempre magnético.

Selva de Irati (Navarra)

En las antípodas del Cabo de Gata, la Selva de Irati, en el Pirineo navarro, conforma un paraje mágico y misterioso que también se puede explorar esta Semana Santa lejos de las multitudes. En la umbría de este inmenso hayedo, con los árboles como figuras extrañas y sugerentes aún en estas fechas en las que las copas aún no se han llenado de hojas, todo invita a recorrer a fondo su tesoro natural. Los senderos balizados nos ayudarán a conocerlo.

Menorca

No está por descubrir Menorca, un destino muy diferente, pero en estas fechas es posible visitarla sin los agobios propios de los meses de verano. La isla, que incluso en las fechas estivales cuenta con rincones no tan concurridos, ofrece la posibilidad en Semana Santa de explorarla con una libertad mayor, incluso en sus iconos más emblemáticos, como las calas Turqueta o Macarella. Si el tiempo acompaña, en todo caso, siempre podemos darnos un chapuzón en cualquiera de los muchos y muy diversos rincones de su costa privilegiada.