La pandemia del coronavirus ha trastocado las vidas de prácticamente toda la población mundial y España no ha sido una excepción. El 14 de marzo de 2020 el reloj se detuvo. El Gobierno decretó el estado de alarma y millones de personas vieron paralizadas sus rutinas diarias, que desde entonces, ya no volvieron a ser las mismas. Ahora, cuando comienza a verse la luz al final del túnel, los españoles ya piensan en despertar de una pesadilla que, por desgracia, ha sido muy real.

De esta forma, las vacaciones de verano se presentan como una medicina más necesaria que nunca para evadirnos de todo lo vivido. Millones de ciudadanos ya planean sus viajes para este verano. Y es que, el turismo rural ofrece infinidad de planes divertidos, relajantes, románticos y seguros, donde se pueden cumplir todas las medidas de seguridad decretadas por el Ministerio de Sanidad. Así, podemos encontrar lugares idílicos de interior, de montaña, de costa, medievales o arquitectónicamente maravillosos.

En este artículo recogemos algunos de esos destinos ideales que esconde España y que nos alejan de las aglomeraciones de las ciudades más visitadas de la península y sus islas. Y es que, no es necesario viajar miles y miles de kilómetros para encontrar paisajes que nos asombren y nos transporten a mundos maravillosos.

La Alberca (Salamanca)

Este municipio de la provincia de Salamanca, que se integra en la comarca de la Sierra de Francia, enamora con sus calles prerromanas a todo visitante, que puede disfrutar de la tranquilidad y de la paz que se respiran en este lugar.

Perderse por los rincones, plazuelas y callejuelas de La Alberca genera un embrujo que transporta a mente y cuerpo lejos del ruido y el estrés de la ciudad. Sus fachadas equilibristas, sus colores y paisajes de novela hacen de este pueblo un destino inmejorable para disfrutar este verano.

Este espacio de poco más de mil habitantes es un punto estratégico idóneo desde el cual explorar la naturaleza que ofrece el Parque natural de Las Batuercas-Sierra de Francia. Tras el deporte y la aventura, La Alberca nos deleita también con los embutidos de la región y las conocidas 'patatas meneás'.

Hondarribia (Guipúzcoa)

Uno de los mejores modos de huir de las altas temperaturas que normalmente afectan a gran parte de la península es visitar el norte, donde el calor es más benévolo. Además de las temperaturas más soportables, el norte guarda enclaves de ensueño en los cuales disfrutar de unas vacaciones estupendas.

Uno de los lugares que envuelve a sus visitantes con un aura pesquera maravillosa es Hondarribia, situado en la provincia de Guipúzcoa. Sus coloridas calles, el olor a mar y su espectacular gastronomía embelesarán a todo aquel que la visite. Los barcos pesqueros y el pescado fresco tendrán un gran protagonismo en este enclave.

Cadaqués (Girona)

Sin desprendernos del sabor a mar, Cadaqués es uno de esos pequeños lugares que se deben visitar una vez en la vida. Y es que, este municipio reúne historia, arte, naturaleza, clima mediterráneo y arquitectura en una receta que embruja a todo aquel que lo visita. Como dato curioso, en esta comarca del Alt Empordá se encuentra el punto más oriental de la Península Ibérica.

Su casco histórico, la iglesia de Santa María, el castillo de San Jaime o la impresionante casa-museo del pintor catalán Salvador Dalí hacen de este pueblo de menos de 3.000 habitantes un lugar inmejorable para disfrutar de un descanso lejos de las grandes ciudades.

Bubión (Granada)

Enclavado en la localidad de la Alpujarra, Bubión es un municipio de tan solo 296 habitantes que cuelga del barranco de Poqueira, que desciende desde el pico Veleta de Sierra Nevada. Este pequeño pueblo brinda la oportunidad a sus turistas de adentrarse en la arquitectura típica de la región, que tiene como característica destacada las casas sin tejado.

Para los amanetes del senderismo Bubión ofrece rutas estupendas para caminar, o incluso hacer a caballo o en todoterreno. Para recuperar energía después de recorrernos sus paisajes majestuosos, es casi obligatorio probar sus jamones y cecinas, el choto al horno o la sopa alpujarreña entre otros platos típicos.

Potes (Cantabria)

El pasado medieval de este pequeño municipio cántabro de menos de 1.500 habitantes enamora a todo aquel que lo visita. La villa de Potes, situada en la confluencia de cuatro valles además de desembocar en ella el río Quiviesa en el río Deva, disfruta de un microclima de tipo mediterráneo que permite el cultivo de la vid, del nogal o del chopo.

La villa, que es conocida por sus puentes y torres, lleva de la mano a sus visitantes a tiempos inmemoriales gracias a sus callejuelas y caserones. La gastronomía es otro punto importante de este lugar, que posee restaurantes de todo tipo en prácticamente todos sus rincones. Pero, Potes también nos abre la posibilidad de practicar senderismo, bicicleta de montaña, turismo ecuestre, escalada o parapente, entre otras.