Fútbol. Primera División.

El Mallorca pierde su primera oportunidad

El Mallorca dejó escapar ante el Sevilla una gran ocasión de dejar casi sentenciada la permanencia por culpa de su falta de acierto

El partido ante el Cádiz de este domingo es una final en la que los de Aguirre no se pueden permitir perder

Antonio Raíllo, en el suelo tras una acción del juego en el partido entre el Sevilla y el Mallorca.

Antonio Raíllo, en el suelo tras una acción del juego en el partido entre el Sevilla y el Mallorca. / EFE

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

El RCD Mallorca perdió ante el Sevilla una grandísima oportunidad de prácticamente dar carpetazo a la permanencia y vivir con cierta calma el resto de la Liga. Lo conseguirá igualmente si vence este domingo al Cádiz en el Nuevo Mirandilla (14 horas), pero viendo los precedentes del equipo de Javier Aguirre lejos de Son Moix y su nula capacidad ante la meta rival, parece complicado. 

El problema de gol que mostraron los bermellones este lunes en el Sánchez Pizjuán no es nuevo, es un déficit que viene arrastrando el equipo todo el curso. Un asunto que semanas y meses atrás no importaba tanto al verse lejos de los puestos de descenso y con muchas jornadas por delante para solucionarlo. Ahora ese escenario no existe y tocará jugarse la temporada en territorio rival, ante un equipo al que no le vale otra cosa que ganar ya que de lo contrario se ven en Segunda División el curso que viene.

El Mallorca, hasta el minuto 60, fue superior al Sevilla en todos los ámbitos. Aguirre apostó por Radonjic como novedad, reforzando el centro del campo con la presencia de Omar Mascarell junto a Samú Costa. Y el plan, desde el minuto, salió a la perfección. Enfrente, un conjunto andaluz que no oponía resistencia y al que le costaba un mundo acercarse a las inmediaciones del área de Rajkovic. 

Con calma, los bermellones poco a poco se fueron soltando con el balón. Muriqi, en dos ocasiones, avisó del peligro, al igual que Radonjic, el más destacado del encuentro, con un disparo que Nyland repelió a saque de esquina. La presión adelantada de los de Aguirre daba sus frutos, recuperando balones y amenazando a la contra. En defensa no se sufría, con la línea de tres centrales muy segura y sin dar margen de maniobra ni a En-Nesyri ni a Isaac Romero. 

Todo apuntaba a que, con acierto, la victoria en el Pizjuán y alejarse del descenso a nueve puntos era más que posible. Pero la clarísima ocasión que erró Muriqi, cuyo disparo ya se colaba en la portería hasta que apareció la pierna izquierda de Sergio Ramos, hizo volver a los fantasmas del pasado, dejando claro que marcar iba a ser muy complicado. 

En la segunda parte el guion fue igual, con una volea de Radonjic que rebotó en el palo. Pero ahí se acabó. El serbio salió del campo por un intrascendente y desconectado Larin y el Sevilla anotó el primero en un fallo de marcaje entre Maffeo y Valjent, al cruzarse los dos delanteros del Sevilla y perder ellos las marcas. 

Un triple cambio en el centro del campo fue la solución de Aguirre, pero el Mallorca no volvió a intimidar en ataque. El segundo gol, tras una pérdida, ya fue la sentencia a un equipo que no mostró un arreón en el tramo final, maquillado únicamente por el gol de Abdón. 

A pesar del evidente estado de nerviosismo, el Mallorca llegará a Cádiz en una situación favorable. Seis puntos de ventaja, con el golaverage particular empatado y dependiendo de sí mismo. En el Nuevo Mirandilla todo lo que no sea perder será dar un paso de gigante hacia la permanencia. Pero se avecina una semana larga, en la que controlar los nervios y la ansiedad por la posibilidad de perder y quedarse a solo un partido de distancia pueden hacer mella. 

Aguirre, que si por algo destaca es por su gestión de grupo, tiene cinco días para mentalizar a sus futbolistas de que la gran final de la temporada es el partido de este domingo. Quedan dieciocho puntos en juego, quince a partir del lunes. Una victoria hará que le separen nueve, un mundo de distancia vistas las pocas victorias de todos los equipos de abajo. Una derrota, sin embargo, encenderá todas las luces de alarma y provocará un mes de mayo aterrador. 

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