La condesa de Mountbatten, más conocida como Penny o lady Romsey, fue la única invitada al funeral del duque de Edimburgo que no pertenecía a la Familia Real Británica y la que causó más comentarios, ya que siempre ha sido relacionada íntimamente con el consorte de Isabel II. Para Penelope Eastwood, de 68 años, Mallorca tuvo un protagonismo crucial en su vida en el verano de 1990 porque los médicos de una clínica de Palma diagnosticaron un cáncer a su hija Leonora, de tan solo cuatro años, que murió un año después. Durante dicho fatídico estío, hizo de anfitriona del príncipe Carlos de Inglaterra días antes de que Lady Di llegase a la isla para pasar las vacaciones con su marido en Marivent.
El hijo de la Reina se hospedó en la possessió de Son Fortesa, en Puigpunyent, perteneciente al aristócrata Felipe de Villalonga, y en su exterior dio un abrazo de consuelo a Penny Romsey por la enfermedad de la pequeña, que era ahijada de Diana de Gales. Pero los medios sensacionalistas interpretaron dichas imágenes como una relación sentimental y la escena a los pies de la Serra copó las portadas de los tabloides británicos aquel agosto.
La conexión con Mallorca de la amiga y confidente del príncipe Felipe de Edimburgo se remonta a su adolescencia, debido a que sus padres se retiraron a vivir aquí tras vender la empresa familiar. Su progenitor, Reginald Eastwood, se hizo millonario con la cadena de restaurantes Angus Steakhouse, de la que se desprendió en 1965 para disfrutar del Mediterráneo con una casa en Son Vida. Pese a que la joven Penelope Eastwood se formó en un colegio de Suiza, no debieron de faltar las visitas en vacaciones y después, cuando se casó con Norton Knatchbull, por lo que fue una buena anfitriona del príncipe Carlos y, tal vez, del duque recién enterrado.
