Lars Ranzenberger, el piloto de ultraligero fallecido este domingo en un accidente en Vilafranca, tenía dos pasiones, que siempre trataba de aunar. Volar en su ultraligero trike y el diseño de ambientes por medio de las luces led. Uno de los éxitos más deslumbrantes de esta última especialidad lo había bautizado como "las estrellas del cielo en tu piscina". Así, había logrado recrear el firmamento bajo el agua con su particular concepto de iluminación y sonido.
Su carácter vitalista había impregnado estas dos grandes pasiones: volar y diseñar aprovechando la luz led. "Era un hombre realizado. Siempre estaba riendo", resaltaban con consternación en el club de vuelo. Su ultraligero trike le aportaba la dosis de adrenalina suficiente para potenciar y retroalimentar su creatividad con la iluminación. La sonrisa permanente de Lars le había hecho célebre e indispensable en el aeródromo de Vilafranca.
Este alemán, natural de Sandhausen, nunca perdía la oportunidad de grabar en vídeo Mallorca desde el aire en sus frecuentes vuelos con la pequeña aeronave. En las imágenes mostraba su sempiterno amor por la isla. También le gustaba exhibir las posibilidades de gobernar el ultraligero en caso de sufrir una parada de motor. "Esto es lo que oigo cuando se apaga", indicaba en uno de sus vídeos mientras se escuchan balidos de oveja como sonido de fondo.
Su otra faceta, en la que se volcaba con idéntica pasión y mantenía su permanente sonrisa, era el diseño basado en la luz led y en música envolvente. De hecho, durante dos décadas Lars había sido músico profesional. Para ello había constituido varias sociedades en las que mostraba su desbordante creatividad. Así, en starup light mostraba el ambiente celestial plasmado en el fondo de una piscina por medio de la iluminación. "Eso solo lo ha hecho él", resaltaba ayer una clienta devastada al enterarse de su trágico fallecimiento. Lars también había constituido Interled o Mallorcaled. Sus diseños se habían popularizado por el boca a boca y se había convertido en una referencia ineludible en el sector.
Siempre que tenía una oportunidad, Lars Ranzenberger expresaba su profundo amor por Mallorca. El último mensaje que subió el viernes a una red social, salpicado con fotografías de algunas de las mejores playas de la isla, resuena ahora como un epitafio. "Me siento muy agradecido por haberme permitido vivir en este increíble paraíso".
