Me gusta cómo canta, cómo actúa, y todo. La mejor. Todo eso, con sonrisa de cal viva, soltó en «mi programa» Belén Esteban, que tuvo tiempo el otro día, según crónicas, de acudir al Mad Cool, festival de música madrileño, seguro que un desparrame de pecados juveniles al que aún no le ha dado tiempo de cortar por lo sano al simpático alcalde de Madrid, don Almeida, bajo órdenes estrictas de sus jefes de Koz.

La señora Esteban fue recibida en el camerino por la señora Rosalía, tra, tra.

Igual que hay cumbres políticas de mucho ringo rango, ésta fue una cumbre de chonis al más alto nivel. He visto foto del encuentro, y me ha enternecido, abrazaditas, tra, tra, sonrientes, tra, tra.

Lástima que a José Mota, en lo nuevo para La 1 que estrenó el viernes, ‘Hoy no, mañana’, no le diera tiempo de incluir el momento en sus contenidos. Aunque me temo que daría igual.

De entrada, cuando me dispuse a ver ‘Hoy no, mañana’, me llevé un susto que casi me levanta del sofá. Pues no que ‘Hoy no, mañana’, es una cosa de Mota pero sin el Mota. Lo dijo a los pocos segundos Santiago Segura, como lo leen, que llegó al plató dando saltitos, vestido como un señor mayor que cree ser joven porque se pone vaqueros y chaleco negro, y suelta su rosario de tics esperando que el público le jalee y premie la gracia. Me mató.

Es imposible superar la aversión que me produce este menda, así que a partir de ahí la serie de gags que se dedicó a presentar, en eso consiste el programa, fue una cuesta arriba, mi especial subida al Everest. Y no, oiga, a estas alturas no estoy dispuesto a tanto. Intentaré ver ‘Hoy no, mañana’, no sólo sin el Mota sino sin Segura. Hasta me resulta más estimulante lo de Rosalía y Esteban, tra, tra.