El estilo de la escritora y realizadora televisiva Amy Sherman-Palladino es tan inconfundible que uno no puede dejar de ver similitudes y lugares en común a la hora de contar sus historias, así como reconocer sus vibrantes diálogos inspirados en la mejor comedia clásica. Ya sea repasando Las chicas Gilmore, una de las series que hizo historia la pasada década, o viendo La maravillosa señora Maisel, su nuevo éxito en Amazon Prime, se nota que han salido de la mente de la misma persona y las dos cuentan con personajes que se podrían intercambiar de una serie a la otra.

La serie de Amazon cuenta con la diferencia de que Miss Maisel no vive en ese apacible pueblo de leyenda como es Stars Hollow en el que residían las Gilmore. Midge Maisel (Rachel Brosnahan) se encuentra en un entorno mucho más hostil, la ciudad de Nueva York a finales de los años 50. Un mundo dominado por hombres, como ya nos contaba en su día Mad Men, pero en el que la protagonista al menos cuenta con la misma mordacidad que Lorelai Gilmore (Lauren Graham) para poder defenderse.

Sus lenguas son verdaderas armas de destrucción masiva. Por ello no tengo duda de que para la guionista está vigente aquello de que la pluma es más afilada que la espada. No dejan títere con cabeza cuando empiezan a despotricar y su mente no parece tener filtro mientras enlazan un sarcasmo con otro. Midge Maisel descubre que su verdadera vocación está en el mundo del espectáculo, con un micrófono en la mano y haciendo humor de sus problemas cotidianos. Por su parte, Lorelai está muy alejada de los escenarios y ha logrado tener una vida más o menos resuelta trabajando en un hotel de su pueblo idílico. En el segundo episodio de la segunda temporada de Mrs. Maisel, el personaje regresa por todo lo alto cuando pega todo un repaso desde el escenario a los hombres que la habían precedido en su actuación y que se habían reído de ella por el mero hecho de ser mujer y creer que por ese motivo está incapacitada para contar chistes.

Las protagonistas de ambas series proceden de una clase alta y se enfrentan a la situación de tener que sacar adelante a sus respectivas familias tras derrumbarse sus matrimonios. Situación que les genera una complicada relación con sus padres, a quienes, eso del divorcio y el hecho de que la niña de sus ojos sea una madre soltera, es algo que no terminan de llevar del todo bien. Sobre todo por aquello del qué dirán. Mientras que Lorelai lleva años prácticamente sin tener contacto con sus padres cuando arranca su serie, Midge Maisel se apoya en ellos para tratar de salir adelante tras su ruptura. Midge tiene el mismo tipo de relación con sus padres que Lorelai a lo largo de su serie, pero sin los años de resentimiento acumulados por los problemas del pasado. La sensación es que los personajes de los padres serían intercambiables de una serie a otra. Hasta en sus pequeñas disputas domésticas. En las dos, se comportan de la misma manera, aunque a los padres de Midge les ha tocado una época en la que eso de que la mujer no se dedicara a las tareas del hogar estaba peor visto. Por eso, Midge trata de ocultarles a toda costa el hecho de que su pasión secreta es la de actuar en clubs nocturnos como monologuista. En cuanto a los hijos, los retoños de la señora Maisel son todavía demasiado pequeños como para tener tramas de peso en la serie. En Las chicas Gilmore, la trama principal era precisamente la relación entre Lorelai y su hija, donde, para evitar ser como la suya, más que una madre intentaba ser su mejor amiga.

La maravillosa señora Maisel es ahora mismo una de las joyas que ofrece Amazon a sus abonados y ya tiene garantizada una tercera temporada. En alguna entrevista, Amy Sherman-Palladino ha renegado del tiempo que estuvo trabajando para la televisión en abierto y aseguraba haber descubierto un nuevo mundo con mayor libertad creativa el mundo de los canales de pago.

Al fin y al cabo, en Las Chicas Gilmore la trama discurría en un apacible pueblo donde nunca pasaba nada, lo que permitía tener unos presupuestos ajustados para los rodajes. En Mrs Maisel, la creadora empezó tirando la casa por la ventana trasladando a París a los personajes principales de su reparto para el piloto de su segunda temporada. Stars Hollow era uno de esos pueblos donde el tiempo parecía haberse detenido, siempre había alguna fiesta peculiar y por muy raro que fuera tu negocio, bien sea una librería o una escuela de ballet, siempre habría clientela que acudiera a ellos. Un lugar idílico para vivir una vida sin problemas, como en una burbuja. Quizá sólo así, Lorelai pudo criar a su hija en solitario, sin la presión social de tener que buscarse a un hombre para que la mantenga.

No deja de ser una macabra broma que la actriz que interpreta a la tierna hija adolescente de Lorelai, Alexis Bledell, haya pasado a un mundo mucho más hostil para las mujeres, al ser una de las protagonistas de esa distopía machista que se refleja en El cuento de la criada (The Handmaid's Tale). Un lugar en el que lo menos le servirá es saber contar chistes y para el que ya falta menos para su tercera temporada.