Qué ocurriría si introdujésemos programas pensados para el perfil de espectadores del canal #0 en el La 1. El resultado lo vimos bien a las claras el día del estreno de 'Proyecto Arkano': marcó un 2'8% de audiencia. Preguntarán los poco informados de qué va este nuevo formato. Les respondería sin dudarlo que se trata de verdadera televisión contemporánea, ese tipo de programas a los que formalmente no se les puede pedir más. Un trabajo salido de la factoría de El Barrio (la productora de Jordi Évole, es inevitable la etiqueta) que pretende retratar cómo son los chicos y chicas veinteañeros y urbanitas de hoy en día. 'Proyecto Arkano', presentado por el carismático rapero, nos permite inmiscuirnos en la realidad de estos jóvenes. Vemos y oímos de qué hablan y en qué tono.

Algo que en la vida real nos resulta tan complicado, empezando por el aislamiento a que se someten (sólo se socializan con sus iguales) y continuando por el hecho de que es estadísticamente muy improbable encontrar a alguien de esas edades que no lleve unos auriculares puestos. Si en lugar de Arkano el formato lo hubiese presentado el propio Évole, a modo de spin off de Salvados, habría encontrado con facilidad a un público mayoritario.

Más de un millón vieron, hace no demasiado tiempo, la entrega que dedicó a mostrar qué pensaban nuestros adolescentes de las periferias. Proyecto Arkano, hay que subrayarlo, el mejor nuevo programa estrenado en La 1 en los últimos tiempos, se quedó en un 2'8%. En el canal #0 su audiencia no importaría tanto como su prestigio. De hecho, es uno de esos formatos que estarán nominados a los Ondas. Sin embargo, para La 1, llegados a este punto, supone un marrón. El primer lunes de marzo se saldó con un escueto 7'3%, y bajando. O se mantienen al margen de las audiencias, o alguien va a sufrir un ataque de nervios.