El Festival de Eurovisión saltará a EE.UU. con un formato aún por desarrollar que podría empezar a emitirse "entre 2021 y 2022", según anunciaron este miércoles los responsables de esta adaptación avalada por la Unión Europea de Radiodifusión, propietaria del formato.

La noticia se ha dado a conocer en una rueda de prensa en la que, además de David Goodman como representante de la UER, han comparecido Christer Björkman y Anders Lenhoff, responsables de la producción del

Melodifestivalen (la célebre preselección sueca), y Ola Melzig, jefe de producción de la sexagésimo cuarta edición de Eurovisión, que se celebra esta semana en Tel Aviv.

"Representamos los tres pilares que requiere el festival: el concurso, el espectáculo y la producción", señalaron ante los periodistas congregados en un céntrico hotel de la capital israelí.

Según revelaron, fue hace un año en el contexto del festival celebrado en Lisboa cuando comenzaron las negociaciones, que han concluido con la adquisición de la licencia en exclusiva para adaptar este formato a EEUU, con "el objetivo de estar en el aire en 2021 o 2022".

Con la premisa de alcanzar "el mismo nivel de excelencia" que posee el festival matriz, los responsables de la futura versión americana no han ofrecido más detalles sobre sus características formales, por ejemplo si se tratará de una competición musical entre los distintos Estados de EE.UU.

La decisión final, han dicho, dependerá de la cadena que finalmente lo emita y podría llevar a que este Eurovisión americano se extienda a lo largo de una temporada completa, con una gran final como colofón.

"Tenemos la experiencia de cómo realizar este formato desde la perspectiva europea y ahora se trata de conciliarlo con la cultura televisiva estadounidense", señalaron responsables, que sí precisaron que al estar los derechos restringidos a EEUU, se descarta la participación de países vecinos como México o Canadá.

El Festival Europeo de la Canción Eurovisión se ha convertido después de 64 años en un gigante mediático y del espectáculo que congrega año tras año a cerca de 200 millones de personas frente al televisor, con un seguimiento masivo incluso en países remotos como Australia, que participa en el concurso desde hace varios años.