Datos y periodismo
Los medios de comunicación españoles ya cobran a los usuarios que no acepten las cookies de rastreo
Las galletas permiten que cada página web almacene datos de los usuarios, como su contraseña, pero también que pueda rastrear su actividad en otras webs para conocer así sus intereses
Carles Planas Bou
Al entrar en este artículo te ha aparecido una ventana con un mensaje. En este, se pide al usuario elegir entre dos opciones: aceptar el rastreo de sus datos para visitar la web de forma gratuita o pagar una subscripción mensual para rechazar las cookies.
Desde el jueves, la gran mayoría de los medios de comunicación españoles han optado por un nuevo modelo que cambia su relación con el lector. Y lo hacen por un cambio en las políticas de Google que sitúa el negocio de los editores en una posición incierta, pues le puede hacer perder mucho dinero e información de sus lectores.
Más allá de los suscriptores y de la publicidad institucional, gran parte de los ingresos del periodismo digital ha provenido hasta ahora de la llamada publicidad programática. Las cookies o galletas permiten que cada página web almacene datos de los usuarios, como su contraseña, pero también que pueda rastrear su actividad en otras webs para conocer así sus intereses. Eso es crucial para que las empresas que pagan a los medios por promocionar sus productos o servicios puedan personalizar sus anuncios en base a las preferencias de quién esté navegando.
Google cambia el paradigma
El pasado 4 de enero, Google empezó a eliminar las cookies de terceros, afectando de momento al 1% de los usuarios de Chrome, su navegador, lo que supone unos 30 millones de personas en todo el mundo. Esta medida pretende, dice la compañía, "mejorar la privacidad" y "ofrecer más control" a los usuarios sobre el uso de sus datos. Chrome es el explorador más utilizado en España, con una cuota que supera el 72%, según datos de Statcounter.
Ese cambio de política torpedea el que hasta ahora ha sido la principal fuente de ingresos de los medios de comunicación. Estos han optado por pedir a los usuarios que quieran esquivar el rastreo mediante cookies pagar una cuota, que oscila entre un y casi cinco euros al mes.
Las webs pueden cobrarnos
Las leyes europeas establecen que los usuarios deben poder elegir libremente si aceptan o no el uso de cookies y garantiza que, de rechazarlas, puedan seguir navegando. El pasado mes de julio, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) especificó que las alternativas a ese rastreo "no tendrán por qué se necesariamente gratuitas". Es decir, que las webs pueden cobrarnos por ello. Lo hizo en actualizar su Guía sobre el uso de las cookies para adaptarla a las directrices del Comité Europeo de Protección de Datos (CEPD).
El documento de la AEPD daba hasta el 11 de enero de 2024 como fecha límite para que las páginas web se adecuasen a esos cambios. Los editores españoles esperaron hasta el jueves para establecer este nuevo muro de pago (o cookie wall). Algunos medios ofrecen, por ahora, una tercera opción que permite a los usuarios configurar las cookies para rechazarlas y seguir navegando sin tener que abonar un pago mensual o anual. "En Alemania casi todos los medios se han pasado a ese modelo y aun así se denunció que algunos habían rastreado a los usuarios que habían pagado", explica a EL PERIÓDICO el abogado Jorge García Herrero.
Este experto en protección de datos ha encabezado una denuncia contra Meta por adoptar ese mismo modelo que obliga a los usuarios que no quieren que se exploten sus datos a pagar una subscripción, un camino seguido por otros juristas. "Se ha aprovechado de un mecanismo que fue creado para los medios que dedican su dinero a hacer periodismo", añade. La demanda, explica, no es contra el modelo de pago, sino por la implementación hecha por la propietaria de Facebook e Instagram.
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