Jugar en la arena es un placer para casi todos los niños, pero no para muchos adultos que detestan el contacto con esos granos minúsculos que se cuelan por todo el cuerpo. Afortunadamente para ellos, en Mallorca son muchas las calas donde se puede disfrutar del sol y el mar sin pisar terreno arenoso.

Calvià

En Calvià, una buena opción es Illetes, frecuentada tanto por turistas como por residentes. Entre las pequeñas y bonitas playas de arena se encuentran zonas de roca plana bastante cómodas para colocar la toalla, a lo que hay que sumar los fondos arenosos, que hacen del acceso al mar algo fácil y apto para todos los públicos. Además, en la antigua zona militar hay explanadas de hormigón y escaleras de piscina, que al igual que sucede con Cala Major, resultan muy cómodas para evitar la arena.

Cala Blanca

Cala Blanca o es Castellot, también conocida como Costa de la Calma, es otro de los lugares perfectos para no enarenarse. Esta playa se halla muy próxima a la torre-atalaya es Castellot. Esta imponente fortificación de defensa se construyó en el siglo XVIII de piedra marès (una roca arenisca muy usada y apreciada en Baleares durante centenares de años). Este entrante de mar finaliza en una playa, cuyo talud se compone de canto rodado y grava y sus márgenes son roquedales de baja altura sobre los que han levantado enormes establecimientos vacacionales.

Una panorámica de Cala Blanca (Costa de la Calma), convertida en un pedregal. i. m.

En la zona costera más próxima al hotel Delta, hay varios puntos de baños recomendables para evitar la arena. Otras preciosas calas en la Serra de Tramuntana, exigen una caminata para llegar, pero el esfuerzo recompensa. S'Estaca, sa Foradada, Alconàsser, son algunos de esos sitios que no hay que dejar de visitar.

Palma

La Bahía de Palma también está plagada de rincones rocosos de fácil acceso y baño cómodo ideales para refrescarse en jornadas estivales. Tal es el caso de es Carnatge, la zona virgen que queda entre Ciutat Jardí y Cala Estància, ahora convertida en una agradable zona de paseo. Allí se pueden descubrir rincones poco frecuentados en los que uno puede darse un baño la mar de agradable.

Al otro lado de la ciudad, y sin salir de sus límites, está Cala Major con su conocida playa de arena, pero unos metros más lejos hay una zona hormigonada que cuenta con escaleras de piscina para facilitar el acceso al mar: un lugar ideal para no acabar rebozado en arena. A esta zona de baño se puede llegar por varios puntos, tanto por ambos extremos - Cala Guix y Cala Major- como por unas escaleras situadas a la altura del número 305 de la calle Joan Miró.

En el lado opuesto de la Bahía, no faltan rincones rocosos. En Cala Blava, por ejemplo, es posible darse un baño en aguas transparentes y a tan solo 20 minutos de Palma. El acceso es muy sencillo, basta con aparcar el coche en la urbanización y acceder a la orilla del mar por alguna de las múltiples escaleras, para a continuación, ir en búsqueda del rincón más apetecible.

Cala Blava Witold Andrzejewski

Unos kilómetros más lejos, y todavía en el municipio de Llucmajor, hay otro lugar digno de ser mencionado: Badia Blava. Una pequeña playa sita a los pies del núcleo urbano que lleva el mismo nombre y a la que se accede fácilmente en coche. Hay un aparcamiento gratuito al final del camino y unas escaleras llevan hasta el mar. Es una zona muy poco frecuentada en la que uno podrá relajarse y refrescarse con las vistas de la Bahía de Palma de fondo. Es, también, un lugar idóneo para ver las puestas de sol.