La Serra de Tramuntana ha amanecido blanca, un hecho poco común, tal y como señala Alberto Darder en su perfil de Facebook, donde explica que hay que remontarse al 2000 para encontrar una nevada en los tres últimos días del año. Las cumbres están nevadas y muchos mallorquines de vacaciones navideñas, así que, ¿qué mejor plan que subir a Lluc para jugar con la nieve?

El municipio de Escorca es el centro neurálgico en días de nieve, sobretodo teniendo en cuenta que es un destino asegurado y fácilmente accesible; pero no solo eso, también es punto de inicio de múltiples rutas por la Serra y sede de varias áreas recreativas. Veamos algunos ejemplos.

Massanella, Tomir o l'Ofre son algunos de los picos que superan los 1000 metros y están situados en la zona de Escorca. Alcanzar sus cimas cuando están blancas es algo común entre los senderistas más valientes, pues, a pesar de que el camino resulte más difícil el placer de jugar con la nieve mueve a más de uno. Ahora bien, existen también otras rutas menos frecuentadas e igualmente bellas que merecen ser visitadas. Es el caso de la vuelta al morro de Almallutx, el pas de na Martorella, el puig de n'Alí o el Camí dels Cingles, esta última bastante más fácil que las anteriores.

La mayoría de las excursiones propuestas requieren de más cuatro horas disponibles -teniendo en cuenta el camino de ida y vuelta-, desniveles importantes y caminos poco definidos en algunos tramos; todo ello sumado a las bajas temperaturas que se esperan para mañana hacen que sean recorridos aptos solamente para los más preparados, con buen fondo físico y acostumbrados a excursiones largas.

Quienes prefieran pasear y jugar con la nieve, como ya han hecho muchos hoy, deben recordar que en los alrededores de Lluc hay varias zonas recreativas acondicionadas con mesas y bancos de madera, zonas para 'torrar' y puntos de agua potable en algunos casos. Si optas por visitar el monasterio de Lluc no olvides visitar el museo y el santuario o alojarte en alguna de sus celdas, ahora convertidas en cómodas habitaciones.

En el mismo monasterio hay también varios restaurantes en los que se ofrece gastronomía mallorquina e internacional, aunque para comer algo típico lo mejor es acudir hasta el restaurante del Coll de sa Batalla y probar su 'pa amb olí pagès', con sobrasada, huevo frito, camaiot, queso€ Muy indicado para recargar pilas y entrar en calor.