Santa Catalina es un barrio con mucho encanto e historia situado justo en la parte exterior de las murallas de Es Baluard. El paseo puede empezar en la avenida Argentina, calle que marca la frontera de este barrio con el casco antiguo.

Algunas de sus fachadas ofrecen ejemplos del denominado modernismo popular. Destacaremos: el Hostal Cuba (calle de Sant Magí, 1) que presenta un alto minarete, edificio en general muy austero, de líneas historicistas y de inspiración árabe; la fachada de la Ferretería La Central (calle de Sant Magí, 37), obra de 1908 que presenta interesantes detalles modernistas de inspiración vegetal en madera, hierro en las barandillas y, rejas y piedra en los arcos de las ventanas y en los balcones; la fachada de Can Palmer (zona plaza Progrés, esquina calle Quetgles y calle Despuig), datada en 1910, decorada con cerámica de motivos florales y geométricos; la casa situada en la esquina de las calles Caro y Pou, datada en 1907, con una interesante tribuna poligonal con un pilar de piedra con decoración vegetal en la planta baja y, un balcón de madera, vidrio y forja en las barandillas de los pisos superiores; Can Pujol (calle Pou, 24), obra de Gaspar Reynés y Jaume Alenyar con interesantes ornamentos florales y vegetales en piedra en los dinteles de las ventanas, bajo los balcones, en el coronamiento del edificio y en las barandillas de hierro forjado (único elemento tridimensional de la fachada).

Además, recientemente se ha peatonalizado la calle Fábrica, hecho que facilita los paseos por este barrio al que no le falta de nada: historia, encanto, bares y restaurantes para todos los gustos, uno de los mejores mercados de la ciudad y ambiente, eso que tanta falta hace en otras zonas de Palma.