Los ermitaños que antaño ocuparon los lugares más aislados de la isla han dejado un patrimonio de ermitas con unas excursiones muy agradables para acceder a ellas. En la guía de excursionismo publicada por Diario de Mallorca y que puede consultarse aquí se detallan las rutas que permiten el acceso a muchas de las ermitas de la isla, estos son algunos ejemplos.

Ermita de Betlem

A la ermita de Betlem se puede acceder en coche desde Artà, pero también existe un agradable paseo para quien prefiera estirar las piernas. La ruta que plantea Gabriel Rodas empieza en la Colònia de Sant Pere, y recorre la urbanización de Betlem hasta la llegar al recinto, después de casi dos horas de recorrido. El trayecto es sencillo y está bien señalizado, lo que la convierte en una excursión perfecta para hacer en familia. La ermita, fundada en 1805, tiene la planta de crucero y la nave principal está dividida en tres tramos. La cúpula presenta pinturas de ángeles rodeando la coronación de María por Cristo, contemplada por el Padre y por el Espíritu Santo. El retablo mayor muestra una pintura que representa la cueva de Belén. Flanquean el retablo una imagen de Sant Antoni, a la izquierda, y otra de Sant Joan, a la derecha.

Ermita de Maristel·la

Construida en 1890, la ermita de Maristel·la, conocida inicialmente como la de Carmel, solo fue habitada hasta 1926, cuando los dos ermitaños que la habitaban perdieron la vida en extrañas circunstancias, explica Rodas. El camino a la iglesia empieza en Esporles, concretamente en la zona de la fuente de Son Tries para llegar al Coll de Son Ferrà, donde empieza el sendero. La excursión que proponemos tiene una duración de 4 horas y media y un nivel medio de dificultad, pues tras la visita a la ermita nuestra ruta se dirige a la cima de la Fita del Ram, de 833 metros de altitud, para visitar la cova dels Ermassets y regresar a Esporles por el Camí des Correu, todo ello perfectamente detallado en este enlace.

Ermita de la Trinitat

La ermita de la Trinitat, aún habitada, se levantó en 1648 para dedicarlo a la Puríssima Concepció y llegó a ser la más importante de la comarca. En la actualidad alberga un oratorio, las dependencias de los ermitaños y una explanada exterior. Se accede desde el kilómetro 69,9 de la carretera Ma-10, es decir, desde la zona donde se encuentra el restaurante Can Costa, por un pronunciado sendero que sube durante unos quince minutos. Además de la citada ermita vale la pena acercarse hacia las Ermites Velles, que en la actualidad constan de restos de capillas, celdas y paredes de huertos. El itinerario puede prolongarse hasta el mirador de ses Puntes, ruta que se completa en tres horas y media y que vale la pena realizar con prismáticos para disfrutar mejor de las bellas panorámicas del lugar.

Además de estas tres rutas existen otras muchas ermitas como la de Bonany, en Vilafranca; la de que corona el puig de Sant SalvadorSant Salvador, con unas impresionantes panorámicas de la zona del pla de Mallorca; o la que hay en la cima del puig de Maria, en Pollença.puig de Maria